EXCRITURA DE SIMMEL
Inevitable: hay límites,
incluso, ante el fluir de las vidas.
Por la parte de arriba
y también, por supuesto, abajo.
Claro que no es fácil,
aunque es nuestra única verdad.
Así es que la gracia,
siempre, es enfrentar los muros.
O al meterse adentro
y descubrir a las puertas cerradas.
Cosas de lo humano,
ese miedito que hace al cuerpo.
Límites, inevitables;
ya se sabe, solo para trascenderlos.
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