EXCRITURAS DE ALTHUSSER II
Mi padre admiraba sus fotos durante la guerra.
Orgulloso, las exhibía como un trofeo
y mis ojos...todavía no sé que podían ver.
Pero solo ocurría si estaba feliz
o regresaba fastidiado de su trabajo.
Un día me llevó a un gran campo militar,
me dio un fusil, muy pesado
-al menos para mis quince años-
y me indicó dónde estaba el blanco.
Caí de espaldas, desde entonces siento el terror.
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