EXCRITURA DE MI AMO
No hay más allá que el fondo de tu mirada,
la oscura ternura.
Ese enigma en tu frente
que, a veces, suelta un lamento.
Ay, tus aullidos, Pipo,
¿quién necesita las palabras?
Y tus orejas, tan alertas,
suaves y dóciles.
El recorrido que acaricia tu lomo,
increíble como la miel.
Ahí estás, echado a mis pies,
todo en el alrededor es tu larga cola peluda.
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