miércoles, 25 de octubre de 2017

EXCRITURA TRISTE

Lamentablemente, no se va esta tristeza.
Ahí, muda, ya me ahoga
o asfixia las sonrisas.
A veces intento una caricia, un pacto,
pero también mi perro...
su mirada vacía a mi alma.
Ninguna vieja canción,
ni siquiera esa mariposa, tan leve.
Si puduera hablar con Pessoa,
ser otro, cualquiera.
Pero recién se despidió el adiós,
aburrido, sin una mueca.
¿Acaso puedo escribir la luz
entre las ramas del laurel?
Y para colmo, ella solo quiere llorar
y nada, imposible,
apenas ese dolor, el olvido.
Lamentablemente, ahí, mudo, me quedo yo.

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