EXCRITURA DE LA VEJEZ DE CICERÓN
En otro momento, discutiría tus suaves sentencias;
siempre hay dudas...Ay, la juventud:
no es nada fácil aceptar el paso de los años.
Claro que yo soy un nadie, o cualquiera,
¿cómo encontrar placer en la vejez?
Es que también tengo un cuerpo, y mortal.
Igual, aun resisten aquellos tiempos felices.
Lo sé, los puedo ver;
pero están tan lejos, y tan cerca...
La verdad, ya no me importa discutir con vos;
sin querer acaricio tu libro.
Será que en mi país, ahora, tu sabiduría es consuelo.
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