sábado, 8 de julio de 2017

3

En la ventana de mi herida
un rostro animal,
el acecho de las imágenes
que despiertan al sueño.
Ahí, entre las sábanas
las huellas de otra carne.
Y yo me dejo decir,
me uno al silencio;
pero la sangre quiere gritar
su pantera insaciable de dolor.

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