sábado, 8 de julio de 2017

2

Las vísceras sin un rostro
en el centro de la ausencia.
Tu triste muñeca de pájaros
con su turbina solar, rota.
El gong mudo en la sangre,
débil, que suplica silencio.
Esa pena ciega en el espejo
que mira para el otro lado.
Así, todo día llora por mí
el pobre diamante del mundo.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario