domingo, 1 de septiembre de 2019


LA TRAMPA DE LA LENGUA.

No sé si puede llegar a ser una hipótesis o se trata simplemente de un delirio, en cualquiera de los casos su único fundamento es una experiencia, siempre efímera, entre el dolor y el placer, un más allá dentro de mi propio cuerpo. Si doy tantas vueltas es por la cuestión misma, quizás imposible de plantear mediante las palabras; porque la hipótesis o el delirio es que la lengua es el principal obstáculo para comunicar el sentido de la existencia. Y esto no supone pensar a su contrario, el silencio, como el ámbito de la revelación, ni siquiera como consuelo. De lo que se trata es de la presencia de algo oculto en el aliento del habla, esa especie de estruendo mudo que descubrió César Vallejo. A veces, ya cansado de pensar, alejado de mí, cuando trato de convencerme de que es otra trampa de la lengua, ese algo me inclina a sospechar que solo es el símbolo del origen y del final, incomprensible, fatal y cotidiano, como el ritmo inevitable de mi respiración en la respiración del universo. No sé, será el terror de que vos y nadie entienda lo que para mí es más importante... lo que nunca voy a poder escribir.

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