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En el encierro del pensar
no hay espuma en las olas
ni arena en la playa
hasta desparece el horizonte
hasta los viejos pescadores
desesperados
impacientes
ya abandonan el muelle
En los médanos crecen cactus
solitarios
tristes
solo los protege el odio
ni siquiera esa palita infantil
al sentir la brisa
su inocencia
nadie puede ver al sol
Solo un barco en la distancia
acaso a la deriva
irreal
la última palabra del mar. .
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