sábado, 28 de septiembre de 2019


EXCRITURA DE KIERKEGAARD

El yo es el mejor engaño para evitar la vida,
solo le importa su condena.
Apenas el instante revela una posibilidad,
ya surge otra y otra
y finalmente el imposible,
las burlas de los fantasmas del infinito.
Aunque se olvide el tiempo,
inmóvil, siempre vence el devenir;
su espejo en las aguas
que ocultan el rostro del fondo.
Ni siquiera un desvío,
entre piedras, la montaña hasta la cumbre,
su borde ya ciego
que nos invita amablemente al abismo,
el yo suspendido en el yo,
esa  desesperación que solo espera a la nada.

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