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En el encierro del pensar
nunca se abre la puerta
el sueño
siempre está despierto
lejos
perdido en un bosque
su noche
los aullidos
la luna
y la condena
aunque las pantuflas
están ahi
solitas
tan abandonadas
al borde pero de debe ser un engaño
como esa mano
al tantear
oscura
una sendero de sangre
y el velador.
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