EXCRITURA DE UNGARETTI
Yo también conozco esa ciudad
donde se han robado el sol.
Vivo en su condena,
ya olvidé la alegría.
A veces me lamento,
aunque mi voz es silencio.
Pero no puedo irme,
ni siquiera en los sueños.
Tampoco sé...
si yo no soy apenas ella.
Así que todas las mañanas,
resignado, le escribo a la noche.
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