miércoles, 20 de febrero de 2019

20

Desde hace un largo rato observo a un perro,
no creo que tenga dueño,
anda por la plaza y olfatea su alrededor.
A él también le preocupan los signos,
sus efectos para sobrevivir,
por eso muerde y traga algunos pastos.
Yo no puedo pensar en nada,
sus movimientos cautivan mi interés.
Aunque intento llamarlo, le chisto,
el continúa, alerta, con rigurosa tarea;
asi que me que en mi banco,
¿cómo terminará su investigación?
Ahora se aleja, busca un árbol,
ya levantó su pata y descarga sus conclusiones.


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