EXCRITURA DE PAUL VALERY

Acá, solo el abandono del andar es el porvenir,
pero ya no puedo subir a la pureza,
apenas un sonido hueco
y el mar imaginado en las palabras.
Tampoco esas flores encuentran su cifra,
los dulces dones son amargos,
como palomas ciegas en el cielo
y hasta la victoria está triste
por tantas heridas y tantos olvidos.
Para mí, en mí mismo, solo ausencia,
ese gusano que vive de la vida
y su eco mudo en las nostalgias;
acá, en las arenas de la tristeza,
sobre la memoria de los muertos mi última sombra