jueves, 21 de febrero de 2019

22

Ya no quiero ser el prisionero de ninguna decisión.
La ilusión de otra vida,
el engaño de cualquier futuro
que invento con promesas
para volver al fracaso,
la tautología de las palabras.
Pero algo escribe por mí,
y me aleja de la cordura
con las dudas sin respuestas,
la amenaza de la pregunta:
¿ser un criminal o un santo?
Quizás mi única decisión es mantenerme prisionero.

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