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Al azar, abrí tus Movimientos del pensar.
En un fragmento, breve,
apenas una oración,
me encontré a mí mismo.
Después del asombro,
mucho miedo,
decidí leer el libro.
No me importan los nombres,
tampoco los lugares;
ando por tu vida
y descubro mis huellas.
Mi corazón late con fuerza,
casi toco las palabras;
a veces creo escuchar tu voz, mi alma.
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