martes, 20 de febrero de 2018

EXCRITURA DEL ÚLTIMO POETA

A la madrugada, cuando todos están dormidos,
vestido con sueños desnudos,
el último de los poemas, sigiloso,
sale ansioso a respirar la luna
y recorre, perdido, las calles vacías.
Solo revisa la basura de las bolsas,
aparta botellas, algodones, platos rotos,
y a veces, bien al fondo, sucio...
el cuaderno de las palabras nuevas.
Inútil leer la fiebre de sus hojas;
además, si lo descubren está muerto.
Nunca se nombra a su dueño,
pero sabe que pertenece a un niño,
él mismo, solitario, ya lejano.
Apenas puede contener las lágrimas,
su corazón estruja a las tapas.
Quizás esta vez ocurra el milagro,
que entre los versos recupere a su vida.
Después corre, se aferra a esa ilusión;
al salir el sol ya se encierra otra vez en su casa.

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