lunes, 19 de febrero de 2018

EXCRITURA DE UN INTERNADO

A Rubén ya no le queda un solo diente,
igual se ríe de casi todo el mundo.
Más de treinta años en el Borda
y pronto veinte en ese jardín.
Me preguntó qué libro estaba leyendo,
no entendió mi respuesta,
no conocía Bustracio ortíz.
Al escuchar a la pobre Huesolita,,
cerró los ojos y su gesto dijo sí.
Después charlamos de los filósofos
y los psicólogos famosos del siglo XX.
No aprecia a Freud, prefiere a Jung
y sus dudosos inmortales arquetipos.
Había escrito miles y miles de poemas,
pero a todos...los había perdido.
Desde chico oía a esas voces,
terribles, que anuncian su desgracia.
Fuma a la sombra, mira,
no sé qué veín sus ojos.
Rubén cree amorosamente en Dios;
no le queda un diente, y ríe su inocencia.

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