sábado, 24 de febrero de 2018

EXCRITURA DE RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN

El negro era demasiado negro
y flaco, pellejos.
Además de sus ojos,
no tenía nada.
En cuero, descalzos los pies.
Eso sí, cantaba feliz.
A veces movía la cabeza,
el pecho, una mano.
Yo lo vi...
inútil tratar de comprender:
un bulto en un rincón,
la voz de la gracia.
Apenas podía respirar,
adoraba la basura.
Evitaba a las palabras,
juntaba botellas y papeles...
O quizás todo era sencillo
una magia secreta:
para proteger a la luz
el negro era demasiado negro.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario