martes, 17 de octubre de 2017

EXCRITURA DEL AGUANTE

Cuando encontraste todo, no encontrás
nada, ni lo lo que ves.
Apenas lo poco que hay,
un lugar... y a veces.
Y cada día aun es más difícil,
un bajón, ningún amor.
Así que podés desafinar sin culpa,
rápido desaparecen los gritos.
O confiar en el esqueleto,
perder el compás y las reglas.
Hasta cansarse del estribillo;
aunque el mundo entero,
ya esté completamente sordo;
cuando la cosa viene así,
ni siquiera el llanto, nadie puede olvidar.

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