EXCRITURA DE HÖLDERLIN Y DISCÉPOLO
En lo que salva
también crece un peligro:
el cambalache.
Ese espanto de la Biblia
junto al calefón,
ya nada es divino.
Al ver cada día,
la luz apenas una sombra,
un gallo desplumao
Sólo queda por decir
la última de las plegarias:
¡qué vachaché!
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