EXCRITURA DEL ABURRIMIENTO
Todas las tardes, a la hora de la siesta,
Don julio busca su lugar
en la plaza del barrio:
descuidada, sucia, sin juegos.
Durante varias horas,
siempre en el mismo banco
-el único sin destruir-,
inmóvil como los árboles.
Claro que nunca pasa nada,
jamas una sorpresa...
pero Don Julio es feliz;
alejado de todas las posibilidades,
los entretenimientos infinitos,
todavía puede disfrutar el aburrimiento.
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