viernes, 22 de marzo de 2019

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Poco a poco, uno se acostumbra a la belleza
y también al espanto.
A la gratuidad de la luna,
a las vidrieras vacía,
a la melancolía de Sabe
o la rebelión de Artaud.
No se puede hacer casi nada,
quizás solo ver en una flor a un hombre libre.

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