martes, 8 de enero de 2019


EXCRITURA DEL VUELO INMÓVIL


Hace varios largos meses que no conversa con nadie,
salvo con su perro.
Solo sale a hacer las compras,
eligió la compañía de las paredes.
Quizás el afuera es miedo,
no lo sabe ni tampoco le importa.
A veces escucha música,
sus canciones favoritas;
por suerte aun conserva su tocadiscos
y suplica que no se le rompa al dejar caer la púa.
De todas maneras es un aparato,
allí hay cables, no esconde un misterio;
o sí, quién lo puede saber.
Alguna vez tuvo un celular,
una decisión absurda,
después lo perdió o desapareció, le resultaba inútil.
Difícil que su mueva, ¿para qué?;
casi todo el día está sentado en el living,
su mirada hacia arriba: el cielo raso.
Aunque sabe que es imposible,
eso es lo más parecido a su esperanza,
tal vez sola sea ausencia,
su mero estar  abandonado o alejado de sí mismo;:
pero si llega a estallar la lamparita,
ya no habrá techo y nadie podrá detener su vida, volará.

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