EXCRITURA DEL LLANTO

A la lluvia no le importa tener piedad.
Entre las ramas del laurel,
un pájaro amarillo,
da saltitos de esperanza,
hasta intenta cantar
para encontrar un rincón,
apenas un poco de amparo.
Yo estoy inmóvil,
miro desde mi cama...
cada gota que cae desborda mi tristeza.