domingo, 15 de julio de 2018

EXCRITURA DE LUIS O. TEDESCO

Apenas el silbido de la arboleda,
lo más leve,
el patio
y los cigarrillos.
Ni la medianera es real,
solo ladrillos,
el límite,
lo mudo al morir.
Tampoco el viejo limonero,
ya seco,
una sombra
y el pasto indolente.
Así pierdo la voz del alma,
soy inasible,
instantes,
un verso:
el ángel triste de un hombre triste.

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