martes, 2 de abril de 2019


PREGUNTA DE LAS PANTUFLAS

No sé sí quiero tanto a mis hijos
como a las hojas caídas.
Si estoy solo soy feliz;
y puedo mirar el cielo,
sus colores heridos,
al comenzar la tarde:
no pensar en esta vida.
Nadie me molesta,
ni siquiera mis latidos;
quizás son las pantuflas,
su compañía muda.
Será que los años olvidan la alegría.

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