lunes, 15 de abril de 2019

19

Siempre me confundo al entender las palabras,
por eso me aprietan tanto los zapatos.
Pero aun busco lo que me sigue
y se oculta en un rincón de mi aliento.
A veces, ¡qué raro!, mis ojos
no pueden olvidar sus lágrimas.
O mis pies, completamente locos,
quieren usar al cielo como alfombra.
No pretendo ninguna claridad,
me detengo en sombras de arboledas.
Siempre, al cavilar mi corbata en la vida,
solo festejo la eternidad de mi próxima muerte.

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