lunes, 5 de noviembre de 2018

EXCRITURA DEL PERDIDO

No sé en dónde me quedé perdido.
Ningún rastro en los pies,
en las manos,
ni en los versos viejos,
las sábanas sucias
o el humo de algún cigarrillo.
Inútil vestirse,
el alrededor es nada,
también el espejo,
ese adios en el rostro.
Solo estos latidos mudos,
ya cansados de buscar;
apenas la ventana,
la sombra del naranjo,
la mueca indiferente del sol,
quizás debo aprender a vivir sin mí.

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