sábado, 10 de noviembre de 2018

EXCRITURA DEL DANTE

En ningún lugar me enfrentó alguna fiera,
solo perros sueltos,
flacos y sucios,
que defendían su territorio,
o un bocinazo
al cruzar distraído la calle.
Tampoco estoy en la mitad de la vida,
ni me turban los pecados,
la memoria de tantas culpas,
o las tentaciones
y el engaño de los placeres:
Apenas sé que ya olvidé mi camino,
perdido, lejos del consuelo;
y así cumplo mi condena,
sin ver las señales
que iluminan la esperanza.
A veces puedo imaginar otro mundo,
debajo de la tierra;
pero es inútil la alegoría,
y aunque lea y llore tus versos.
en este infierno todos los lamentos son mudos.







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