MARIPOSA
Amaneció muerta la mariposa de su pecho,
ya no aguantaba la tristeza.
A él no lo sorprendió,
apenas sentía sus alas cuando intentaba volar.
Claro que por momentos la extraña,
pero las cosas no han cambiado...
Además la situación es algo ridícula,
casi una provocación inútil;
hace años que dejó de creer en la primavera.
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