viernes, 28 de diciembre de 2018

HOSPITAL HEGEL


LOS ENFERMITOS

Si, como se sabe, las demostraciones cansan la verdad de lo que se intuye al aspirar en una plaza, en el viento, casi a punto de desaparecer; ya no podrán encantarnos con su engaño las piruetas de tu razón absoluta.
Será que somos una especie de deseo que también nos desea, ante ese bisturí desalmado de crítica y tu pulgar libresco: los sublimes o miserables enfermitos de la libertad y el amor con mil frases rotas en el corazón.
Además, y por las dudas, cada cual esconde otra tesis para conservar intacto al secreto; y a veces se transforma y siempre pide más, justo el un poco más allá del implacable más acá. Pero, ay, ¿en dónde?
Seamos sinceros, si la menor distracción o estornudo burla a la fenomenología, y a cada instante todo se desintegra, se recupera, con o sin explicación; dejamos tranquila a la mosca que ahora caga en tu retrato y su sueña su eterna vida de un día.

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