EXCRITURA DE RAYMOND CARVER
Lamentablemente, mi lapicera no quiere escribir la verdad;
aunque la agite con vehemencia
o acaricie su tubito de tinta,
ella ya no confía en las palabras.
Apenas se acerca al papel,
temblando, busca esconderse en el olvido
y oculta su espanto.
Solo se anima con las frases huecas,
rimas publicitarias,
zócalos falsos de la TV,
redundancias y obviedades.
Yo la entiendo,
aunque a veces piense en tirarla a la basura;
mi lapicera conoce los riesgos,
la fatalidad inútil;
por eso me protege:
ella siente la fragilidad de mis latidos,
sabe que no podría soportar la desolación de un simple poema.
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