martes, 2 de octubre de 2018

EXCRITURA DE THOREAU


Ya sé, las desorientadas calles de La Matanza
no son los bosques de Thoreau.
Pero igual salgo a caminar,
acaso perderme rumbo al sol.
Así que evito todas las avenidas
y también a los perros.
Me cuido de las veredas rotas,
y doblo siempre hacia la izquierda.
Varias horas sin ningún destino,
rodeado de chicos, árboles, autos,
potreros, ranchitos, barro seco
Pero en un momento lo siento...
un aire distinto, más abierto, cerca y lejano
y al fondo de la villa Palito
veo una campanario humilde,
su música son mis latidos.
Entonces vuelvo a casa, liberado,
en la Matanza los bosques viven en el más adentro,

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