jueves, 13 de junio de 2019

2

Cuando los astros eran mis hermanos,
cuando me dejaba ir lejos,
en el manantial o el valle
para que mi silencioso asombro
al fin despertara mi espíritu,
cuando el destino era un juego
o cuando las nubes me cercaban,
parar abrirse a una luz de oro
en el infinito de mis ilusiones
al viajar más allá del horizonte,
cuando el mundo ofrecía un amparo,
¡oh, bendita sea mi niñez!
sus semillas del bien que hay en mi alma.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario